
Era la víspera de Halloween de 1938. A las ocho de la noche, iniciaba un programa de radio teatro por la CBS.
El Teatro Mercury del Aire antes había dramatizado 'El Conde de Montecristo' y 'Drácula', entre otras, dirigidos por Orson Welles, un joven actor y director casi desconocido.
Para esa noche, se había previsto emitir la adaptación de La Guerra de los Mundos, de H. G. Wells, aunque con un importante cambio: la obra estaba escrita e interpretada simulando una emisión de un boletín informativo sobre la invasión de los marcianos, una técnica que iba a dar mucho más dramatismo a la obra.
En cuestión de minutos, el pánico cundió entre la población según los 'boletines' de la radio se iban haciendo más preocupantes y los marcianos comenzaban su avance imparable y sangriento hacia Nueva York.
La gente comenzó a salir a la calle, presa del pánico. Miles de personas colapsaron las centrales de la policía, y fueron centenares los que corrieron a buscar armas y esconderse en sótanos y túneles. Hubo quienes acudieron a comisarías de policía con toallas húmedas en la cara para protegerse del 'gas venenoso' con el que atacaban los marcianos. El caos fue tal que llegó a la portada del New York Times y la gran mayoría de los medios estadounidenses al día siguiente.
Welles advirtió a los oyentes de que se trataba de una farsa al principio del programa, pero no volvió a hacerlo hasta 40 minutos después.

Gran parte de la audiencia no escuchó el comienzo de la función, pues la emisora rival emitió en esos momentos el Show de Charlie McCarthy, el de más audiencia del país. A los diez minutos del comienzo se hacía una pausa publicitaria, lo que miles de oyentes aprovecharon para cambiar de cadena. Fue entonces cuando se encontraron con los 'boletines informativos' que interrumpían la programación de la Columbia Broadcasting System. Para cuando llegó la nueva explicación de Welles, muchos habían caído ya presas del pánico.
Seis millones de personas escuchaban el programa, de los cuales 1.7 millones creyeron que era autentico, y 1.2 millones estaba genuinamente asustada.
Tras el pánico, las autoridades estadounidenses reaccionaron enfurecidas, aunque en realidad la cadena de radio que emitió el programa no había vulnerado ninguna ley. A pesar de ello, la policía hizo una visita a la emisora y se incautó todo el material empleado en la obra. Todo, menos una copia del guión que se llevó Howard Koch, co-autor de la adaptación.
Para Orson Welles, lo ocurrido aquella noche de Octubre de 1938, tuvo una explicación:
“…Solo podemos suponer que la especial naturaleza de la radio, la cual es frecuentemente escuchada en forma fragmentada, o desconectada de la totalidad,
ha ocasionado este malentendido.”
Pepe M.
El Teatro Mercury del Aire antes había dramatizado 'El Conde de Montecristo' y 'Drácula', entre otras, dirigidos por Orson Welles, un joven actor y director casi desconocido.
Para esa noche, se había previsto emitir la adaptación de La Guerra de los Mundos, de H. G. Wells, aunque con un importante cambio: la obra estaba escrita e interpretada simulando una emisión de un boletín informativo sobre la invasión de los marcianos, una técnica que iba a dar mucho más dramatismo a la obra.
En cuestión de minutos, el pánico cundió entre la población según los 'boletines' de la radio se iban haciendo más preocupantes y los marcianos comenzaban su avance imparable y sangriento hacia Nueva York.
La gente comenzó a salir a la calle, presa del pánico. Miles de personas colapsaron las centrales de la policía, y fueron centenares los que corrieron a buscar armas y esconderse en sótanos y túneles. Hubo quienes acudieron a comisarías de policía con toallas húmedas en la cara para protegerse del 'gas venenoso' con el que atacaban los marcianos. El caos fue tal que llegó a la portada del New York Times y la gran mayoría de los medios estadounidenses al día siguiente.
Welles advirtió a los oyentes de que se trataba de una farsa al principio del programa, pero no volvió a hacerlo hasta 40 minutos después.

Gran parte de la audiencia no escuchó el comienzo de la función, pues la emisora rival emitió en esos momentos el Show de Charlie McCarthy, el de más audiencia del país. A los diez minutos del comienzo se hacía una pausa publicitaria, lo que miles de oyentes aprovecharon para cambiar de cadena. Fue entonces cuando se encontraron con los 'boletines informativos' que interrumpían la programación de la Columbia Broadcasting System. Para cuando llegó la nueva explicación de Welles, muchos habían caído ya presas del pánico.
Seis millones de personas escuchaban el programa, de los cuales 1.7 millones creyeron que era autentico, y 1.2 millones estaba genuinamente asustada.
Tras el pánico, las autoridades estadounidenses reaccionaron enfurecidas, aunque en realidad la cadena de radio que emitió el programa no había vulnerado ninguna ley. A pesar de ello, la policía hizo una visita a la emisora y se incautó todo el material empleado en la obra. Todo, menos una copia del guión que se llevó Howard Koch, co-autor de la adaptación.
Para Orson Welles, lo ocurrido aquella noche de Octubre de 1938, tuvo una explicación:
“…Solo podemos suponer que la especial naturaleza de la radio, la cual es frecuentemente escuchada en forma fragmentada, o desconectada de la totalidad,
ha ocasionado este malentendido.”
Pepe M.