martes, 22 de diciembre de 2009

THOMAS NAST, EL HOMBRE QUE DIBUJÓ A SANTA CLAUS


Todos conocemos la figura rechoncha y bonachona de Santa Claus. Su traje rojo, sus enormes botas y la larga barba blanca, son inconfundibles símbolos de la navidad actual.

La verdadera historia de Santa Claus proviene de siglos atrás, cuando al obispo de Bari, Nicolás, se le atribuyó el hacer obsequios y ayudar a los necesitados. Pero hoy no me encargaré de esa historia, hoy escribiré sobre el santa que todos conocemos. Un personaje creado durante la Guerra Civil estadounidense.

El 3 de enero 1863, la portada de la edición de Harper's Weekly, una revista estadounidense, mostraba una ilustración del dibujante Thomas Nast, donde se podía ver la visita de Santa Claus a un campamento. La ilustración muestra a Santa repartiendo regalos a los niños y a los soldados. Un soldado recibe un nuevo par de calcetines, algo que sin duda sería uno de los regalos más maravillosos que un soldado de la época podría recibir. Santa aparece en su trineo, que está siendo tirado por renos.

Thomas Nast representa a Santa con una larga barba blanca, un gorro de piel, un abrigo lleno de estrellas y cargado de regalos. Esta imagen de hace más de 140 años, presenta muchos de los elementos gráficos, asociados a nuestra percepción moderna de Santa Claus.

Thomas Nast nació en 1840 en la pequeña ciudad alemana de Landau. Su padre era músico, tocaba el trombón en una banda militar. Su familia, migró a Nueva York, siendo Nast un pequeño y en Estados Unidos desarrolló su talento y creatividad, convirtiéndose en un excelente ilustrador, además de músico.

Años después de la publicación de esa primigenia imagen de Santa Claus, otro ilustrador estadounidense, Habdon Sundblom (de Chicago, pero de origen sueco), por encargo de la empresa Coca Cola, habría de redefinir la imagen de Santa, tomando como base las ilustraciones de Thomas Nast.

Hoy, sin duda alguna, la figura de Santa Claus es una de las más reconocidas en el mundo entero, aun entre aquellas personas que jamás en su vida hayan oido hablar ni del obispo de Bari, ni de los grandes talentos gráficos que nos heredaron la personificación de la Navidad.

Feliz Navidad a todos.

Pepe M.

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