lunes, 21 de julio de 2008

Por un pueblo bicicletero


Recibí en estos días un correo de nuestros amigos de Tonantzin Tlalli, sobre las acciones europeas para fomentar el uso de las bicicletas como medio de transporte individual urbano, la nota, que me enviaba Tere Baeza y los amigos de la organización ecologista; habla de adoptar la idea de bicicletas públicas, un plan que parece estar en marcha en Barcelona, y que por el momento es utilizado mayormente por los turistas, la iniciativa que presentaron las autoridades de Londres, añade la nota, es más ambiciosa y pretende que sean los ciudadanos los que utilicen las bicicletas públicas como medio de transporte.

Realmente es mucho es lo que una bicicleta ofrece como medio de transporte, por un lado es económica, en comparación con el costo de un automóvil, no requiere del uso de combustible , ocupa poco espacio para estacionarse, brinda salud cardiovascular a los usuarios y es de mantenimiento económico.

Por otra parte tenemos en estos lugares, algunos inconvenientes para el uso generalizado de las bicicletas como transporte: uno de ellos, el inclemente sol veraniego de Victoria, la inexistencia de vías exclusivas para ciclistas, la carencia de una cultura vial (para automovilistas y para ciclistas)
Además exceptuando un par de centros comerciales no hay en Victoria lugares donde resguardar con seguridad las bicicletas, y a esto añadimos el poco aprecio social por las bicicletas, sabemos que para la cultura de esta ciudad, como de muchas ciudades medianas en nuestro país, la bicicleta es sinónimo de atraso y pobreza, ¿no solemos decir con desprecio “pueblo bicicletero”?

Pues Victoria, tristemente, no es mas un “pueblo bicicletero”; La cantidad agobiante de automóviles en circulación lo confirman, justo ahora que las grandes urbes del mundo buscan serlo.

Volviendo al correo de Tonantzin Tlalli, señala que si hay voluntad política (y yo añado ciudadana) en Tamaulipas se pueden crear ciclovías arboladas para paliar el inconveniente del clima.

Imagine a Victoria como una gran urbe bicicletera, donde los padres no tengan que comprar un auto chocolate para que sus hijos tengan el segundo o tercer vehículo en la familia, para transportarse a la universidad.

Primero hay que empezar a verlo como una posibilidad y luego irnos comprometiendo con la idea.

No se si los cardiólogos estén de acuerdo en el uso masificado de la bicicleta como transporte individual, pero los traumatólogos, podrían estarse frotando las manos (jaja) Lorena Zapata.

http://www.tonantzintlalli.org.mx/campanas.htm

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